Los árbitros asturianos homenajean a Pablo, un excolegiado de Segunda B que superó una leucemia

Los árbitros asturianos rendirán el próximo viernes 15 de noviembre un homenaje al colegiado ovetense Pablo Nanclares Centeno por su retirada del arbitraje después de veinte temporadas en activo. El acto comenzará a las 20:30 y tendrá lugar en el Hotel Castillo del Bosque La Zoreda de la capital asturiana.

Durante su etapa arbitral, Pablo ha dirigido más de 1.000 encuentros y ha participado como cuarto árbitro en encuentros de Primera División con trencillas internacionales como Mejuto González o Fernández Borbalán. Desde que empezó en el colectivo arbitral con tan sólo 16 años, el deportista asturiano tenía claro que quería llegar lejos para cumplir su sueño de estar entre los mejores a nivel nacional.

Con el paso del tiempo, el joven trencilla afianzaba su pensamiento y fue ascendiendo de categoría de manera fulgurante: tan sólo permaneció dos temporadas en Tercera División antes de dar el salto a la categoría de bronce del fútbol español. Nanclares Centeno tuvo así su primer contacto con el fútbol profesional: ejerció de cuarto árbitro tanto en Segunda como en Primera División.

Era la época más feliz de su vida. Sin embargo, Pablo recibió una de las peores noticias de su vida: le habían diagnosticado leucemia linfoblástica aguda. El joven ovetense tuvo que ingresar en la Unidad de Transplante de Médula del HUCA, donde recibió un tratamiento de quimioterapia durante siete meses. Pero no fue suficiente. La única solución posible era un trasplante de médula ósea que finalmente llegó.

Su estancia en el hospital fue muy dura: tuvo que estar varios meses incomunicado en una habitación, con la única compañía de su hermana. Luego vino el tratamiento de quimioterapia, que le hizo perder las uñas y el pelo. Este proceso le hizo estar muy debilitado; ni siquiera podía valerse por sí mismo. Pero esto no iba a ser ni mucho menos un impedimento para un luchador como Pablo.

Una vez cumplido el año, comenzó a hacer vida normal con un objetivo entre ceja y ceja: volver a arbitrar. Para ello, desempolvó las zapatillas de correr y se puso a entrenar. Había estado más de dos años sin arbitrar, por lo que debía realizar las pruebas físicas de nuevo. El verano de 2011 se presentó con el fin de calificar como apto, pero no fue así. El deportista asturiano siguió en su empeño y fue en la repesca, celebrada en diciembre, cuando consiguió finalmente sobreponerse a las pruebas para poder arbitrar.

La vuelta a los terrenos de juego no se hizo esperar. Pablo debutaba en Segunda 'B' -después de dos años parado- el 15 de enero de 2012 en el Anxo Carro lucense. La vida le ha dado una segunda oportunidad. El ovetense ha aprendido a valorar los pequeños detalles, los pequeños gestos; a restar importancia a cosas banales. En definitiva, a disfrutar de cada segundo, pero ahora siendo un ejemplo de vida para la sociedad.

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