El entrenador del club búlgaro Botev Vratsa, Antoni Zdravkov, montó en cólera con el árbitro por una decisión que le pareció injusta. Los hechos sucedieron el fin de semana en el partido entre su equipo y el CSKA de Sofía de la Liga Búlgara. El resultado era de 1-1 cuando ocurrieron los incidentes.
El árbitro decretó penalti a favor del conjunto visitante por una mano intencionada en el área impidiendo el gol del CSKA de Sofía. El jugador local dorsal número 13, que estaba tendido en el césped por un golpe fortuito con su portero, sacó el brazo para impedir lo que supondría el segundo gol foráneo. El balón salió despedido por encima de la portería.
Los jugadores del Botev Vratsa protestaron con insistencia la decisión al colegiado durante treinta segundos, llegando a rodear al trencilla para pedirle explicaciones. Por su parte, Platini materializó el penalti y puso a su equipo por delante en el marcador. Esto desquició al entrenador local, que perdió los papeles y lo pagó con el colegiado.
El técnico, una vez expulsado, le robó las tarjetas al árbitro y las lanzó contra el colegiado pero éstas no alcanzaron a impactarle. De camino a los vestuarios, el preparador rompe con fuerza la cartulina amarilla. Tal es el cabreo que le grita a un policía de manera colérica.
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