Mejuto González visitó en el año 1996 el Colegio de Los Dominicos de La Felguera, lugar en el que este lavianés estudiaba. Animó a los alumnos a conocer la Delegación del Nalón, que por aquel entonces necesitaba nuevos árbitros, y el gusanillo del arbitraje le enganchó. Su debut como árbitro fue con 16 años. La experiencia le gustó y siguió.
Su vinculación con el deporte había llegado por medio del baloncesto, aunque siempre reconoce que fue muy futbolero. Con el arbitraje descubrió además su futuro. Le gustaba la idea estudiar Comunicación Audiovisual. "Estudié en la SEK de Segovia y la conocí por un compañero árbitro", reconoce.
Al trabajar como periodista en Radio Langreo tiene que cubrir a los equipos de Las Cuencas. En alguna ocasión ha tenido que entrevistar a protagonistas de un partido que le tocó arbitrar el fin de semana anterior. "El año pasado me tocó entrevistar a gente del Lenense y arbitrarles el fin de semana. Intento mantener las distancias en ambos casos para diferenciarlos", dice. Y es que algunos de sus entrevistados centran su intervención en la crítica al estamento arbitral: "Les dejo que hablen y no le doy ninguna segunda vuelta, siempre que no entren en menosprecios".
Alfonso Castellanos señala la dificultad que tiene el arbitraje y entiende la postura de los periodistas, pero con un matiz: "Hay mucho bufandismo en el periodismo". Por eso, reconoce que dirigir un encuentro hace ver las cosas de una manera más neutra: "Hay muchos que no cambiarían. Los periodistas muchas veces intentan complacer a un público. Otros sí que serían más prudentes en caso de arbitrar. Los comentarios que se escuchan en los medios de comunicación los aplican en el campo y eso hace mucho daño".
Ambas tareas se parecen, por ejemplo, en la redacción de actas. "El árbitro es como un funcionario. Se justifica lo que sucedió en un partido. Estos han sido los jugadores, cambios, campo, hora. Se firma, se entrega a las partes implicadas y se desarrolla como una función notarial. A la hora de determinar los motivos en las amonestaciones, no se deben poner adjetivos. Una situación muy parecida a la del periodismo, ya que el adjetivo determina una opinión. En ambos casos se trata de transmitir una realidad siendo objetivo y ético".
Una de las quejas de los periodistas es que los árbitros no concedan entrevistas. Alfonso Castellanos reconoce que le gustaría hacerlas a los árbitros como periodista, pero que desde el punto de vista de los colegiados ve complicado que llegue a suceder algún día: "Los árbitros somos humanos. Sería un arma doble filo porque en unos casos justificaría muchas cosas y enseñaría a los aficionados el motivo por el que se hicieron de una manera las cosas, pero a veces podría jugar en contra".
Un ejemplo de cómo el arbitraje tiene su lado humano, se puede compatibilizar con cualquier profesión y acerca la figura del periodista y el árbitro, dos facetas que no están tan lejanas como aparentan.
Fuente: www.lne.es
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