Justificación de la noticia de la denuncia a Pino Zamorano

A raíz de que publicasemos el domingo la noticia en la que el árbitro castellano-manchego Pino Zamorano fue denunciado por malos tratos a su hija, varios seguidores de nuestra cuenta personal en Twitter, @elarbitroblog, nos acusaron de "amarillismo" y de que esa noticia "no tiene cabida, ya que no tiene nada que ver ni con el fútbol ni con el arbitraje".

En primer lugar, queremos agradecer a estas personas que hayan expresado su opinión acerca del funcionamiento del blog. Somos un medio de comunicación plural y libre, en el cual aceptamos de buen grado las críticas recibidas, siempre y cuando estas sean constructivas y no empleen insultos. De hecho, retuiteamos estos comentarios para que los vieran todos nuestros seguidores porque es el pensamiento de varias personas y tienen el mismo derecho a expresarse que los lectores que están a favor de la noticia.

En cuanto al asunto en cuestión, desde "El Árbitro de Fútbol" tenemos que reconocer que no estamos de acuerdo con esta opinión. Por suerte o por desgracia, los árbitros representamos valores (legalidad, justicia, respeto, tolerancia) que transmitimos a la sociedad y tenemos que comportarnos como tal las 24 horas del día. Más aún, si la persona de la que hablamos es un árbitro del fútbol profesional. Además, hay que recordar que es la segunda denuncia que recibe este trencilla en menos de tres meses.

Los encargados de esta web somos árbitros y siempre trataremos con respeto a este colectivo porque sabemos la injusta realidad que vivimos, pero por otro lado, también somos un medio de comunicación y debemos publicar aquellos datos objetivos que, aunque no nos gusten, muestren una realidad. ¿Es noticioso que el director de la DGT, por poner un ejemplo, conduzca bebido mientras va a casa de su hija? ¿Y que el jefe de la Policia Nacional se salte todos los semáforos que se encuentra de camino al bar en el que ha quedado con sus amigos? Son hechos de su vida personal -fuera de su trabajo-, pero que deben ser contados porque representan a un colectivo determinado con una serie de valores detrás.

Extrapolando la situación -aunque no tanto-, recuerdo la agresión de un Policía Nacional al valenciano Héctor Giner, al cual le tuvieron que extirpar el bazo. El agresor era un jugador de un equipo de fútbol. El hombre practicaba su deporte favorito en sus ratos libres. ¿Por qué transcendió que pertenecía al cuerpo de Policía? ¿Por qué le suspendieron tres meses de empleo y sueldo por algo que realizó fuera de la jornada laboral? ¿Eso es amarillismo? Para mí no. Nos guste o no, somos jueces y desempeñamos un cargo importante en la sociedad. 

Para no quedarme sólo con este caso, he buscado ejemplos en mi -corta- memoria sobre noticias ajenas al arbitraje y la primera que me viene a la cabeza es la referente a la incorporación del exárbitro Losantos Omar al gobierno vasco que publicaron otros medios de comunicación de temática arbitral. Sin embargo, nadie alzó la voz para criticar este tipo de noticias que tampoco tenía nada que ver con el mundo del fútbol. O, por ejemplo, las llamadas amenazantes a las cuatro de la mañana que recibía el colegiado recién retirado Iturralde González. De esas noticias nadie dijo nada, pero por el contrario de esta sí.

Para terminar, queremos recordar que nuestro objetivo no es, como algún seguidor nos ha comentado, "tirar mierda". De hecho, casi -nunca me gusta decir nunca- nunca hemos hablado de polémicas actuaciones arbitrales o decisiones incorrectas en las que se critican a los árbitros. Por ello, a pesar de que sabemos que es lo que más vende, nunca lo hemos hecho por respeto al colegiado en cuestión.